06 Oct Ponle freno a la ansiedad
La ansiedad es una emoción universal que nos ayuda a adaptarnos al medio en que vivimos para garantizar nuestra supervivencia, tanto a nivel individual, como especie.
Es una respuesta adaptativa a los acontecimientos de la vida de cualquiera de nosotros, lo cual, no significa que tenga que ser mala “per se”, pues puede que nos prepare ante una situación para mejorar los resultados y de esta forma, evitar consecuencias negativas si nos quedáramos de brazos cruzados.
Sin embargo, puede convertirse en desadaptativa, (trastorno de ansiedad) cuando hacemos anticipaciones referentes a distintas situaciones de la vida o problemas que interpretamos como negativos, o perjudiciales para nuestros intereses, y que en la mayor parte de las veces, no llegaran a ocurrir, ni a producirse tal y como lo habíamos pensado, como se suele decir, nos ponemos el parche, antes de que nos hagamos la herida.
Un posible indicador de padecer ansiedad, sería la presencia de preocupaciones excesivas, es decir, cuando son exageradas o desproporcionadas a la situación, por ejemplo, cuando mi marido sale de viaje y tarda en llegar a casa, empiezo a pensar que ha tenido un accidente porque no me ha llamado y no coge el móvil.
Otro indicador sería cuando las preocupaciones son incontrolables, es decir, cuando no consigo concentrarme en otra cosa más que en lo que me preocupa, por ejemplo, estoy en paro y no soy capaz de pensar en otra cosa.
También señalar, que las preocupaciones se pueden clasificar en dos grandes grupos, en el primero, estarían aquellas que se refieren a las consecuencias posibles de un problema actual y real, por ejemplo, preocuparse por tener a tu madre enferma, y dentro del segundo grupo, estarían aquellas que se refieren a un problema que todavía no ha sucedido (estas suelen ser las más habituales), por ejemplo, preocuparse por el hecho de tener un hijo adolescente y que pueda consumir drogas.
Es decir, las primeras, serían preocupaciones vinculadas a la anticipación de consecuencias negativas ante un problema real y las segundas, estarían vinculadas a las consecuencias hipotéticas de que se produzcan.
Si además de los indicadores anteriores, presentas síntomas físicos (dolor torácico, taquicardias, sudores, temblores, falta de aire, molestias digestivas, etc) háztelo revisar por un experto.
Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y se pueden expresar o manifestar en el plano físico, psicológico, conductual, cognitivo y social.
Hay que decir, que no todas las personas tienen los mismos síntomas, ni la misma intensidad, pues gracias a la diversidad, no hay dos personas iguales, por tanto, depende de nuestros aprendizajes, experiencias, vulnerabilidad o predisposición biológica y/o psicológica.
Decíamos que la ansiedad es una emoción, pues ponla a trabajar a tu favor, saldrás ganando, disfruta el aquí y ahora, porque sólo están, aquí y ahora.