01 Sep La aceptación
A lo largo de nuestras vidas, todos pasamos por distintas etapas y sucesos, unos alegres y otros tristes que nos hacen crecer como seres humanos.
La aceptación, no significa sumisión o resignación ante un hecho de nuestra vida (muerte de un ser querido, una enfermedad, una separación, una pérdida relevante para la persona, etc.), ante alguien o ante nosotros mismos.
La aceptación es una actitud positiva y activa, es una reacción adaptativa ante una circunstancia, una adversidad, una pérdida, etc.
Cuanto más nos resistamos a aceptar lo que ya no tenemos, más sufriremos y más tardaremos en encontrar nuevas oportunidades de seguir viviendo y disfrutando de la vida.
Si después de un tiempo (depende de la pérdida, de las circunstancias, de la edad, de cómo ocurrió, etc.), no puedes superarlo por ti mismo, no esperes a ver si “el tiempo lo cura todo”, o “tienes que ser fuerte”, etc. frases que se suelen decirse con la mejor intención, pero que son poco o nada efectivas para la persona que sufre.
Si ha pasado el tiempo (depende de cada caso y de cada persona) y no puedes superarlo por ti mismo, acude a terapia para aprender el camino del proceso de la aceptación, aprender a vivir de nuevo sin la persona o situación perdida, recuperar la ilusión por tu vida, volver a apoyarte y querer al resto de tus seres queridos, etc.
Aceptar, no significa olvidar, sino situar a la persona perdida, en el mejor sitio de tu memoria y/o corazón, pero sin que suponga una barrera en tu caminar por la vida.
“Lo que niegas, te somete; lo que aceptas, te transforma”. (Carl Jung).